Por lo general, los médicos quieren que empieces el tratamiento lo antes posible después de dar positivo en la prueba del VIH.
Pero, a veces, puede ser tentador posponer el tratamiento. El tratamiento implica visitas al médico, tomar medicamentos todos los días, hacerse análisis.
Puede parecer un montón de problemas, pero eso se debe sobre todo a que aún no lo has hecho. Empezar el tratamiento significa que tienes que adoptar nuevos hábitos. Una vez que decides comprometerte con unos hábitos nuevos y saludables, pueden convertirse rápidamente en una parte habitual de tu vida.
Por: Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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Consecuencias de retrasar el tratamiento
Todo lo que oyes sobre el VIH suele asustar al principio. Antiguamente, antes de que los medicamentos contra el VIH fueran tan eficaces, un diagnóstico seropositivo cambiaba la vida de una forma distinta a como lo hace ahora.
Pero ahora, hemos aprendido mucho sobre el VIH y tenemos muchos medicamentos estupendos para tratarlo. La clave es, ¡tomar esos medicamentos!
A la hora de decidir cuándo empezar el tratamiento, hay algunas cosas que debes tener en cuenta:
- Cada día que evitas el tratamiento, el VIH está dañando la capacidad de tu sistema inmunológico para combatir las infecciones. Los expertos del Centro de Control de Enfermedades (CDC), los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la Administración de Recursos y Servicios Médicos (HHS, HRSA) y la Asociación Internacional de Proveedores de Atención al SIDA (IAPAC) recomiendan empezar el tratamiento en cuanto te enteres de que tienes el VIH.
- Cuanto más esperes, más se replicará el VIH y más débiles estarán tus defensas y tú.
- Cuando no recibes tratamiento, tienes muchas más probabilidades de transmitir el virus a otra persona. El tratamiento del VIH no solo te mantiene sano a ti, sino que también protege a tu pareja. ¡Es un doble beneficio!
- Hasta que empieces el tratamiento, tu diagnóstico puede estresarte. La vida ya puede ser bastante estresante por sí sola, no necesitas más. Iniciar el tratamiento es una forma de tomar las riendas de tu salud y bienestar.
Por qué es mejor empezar pronto el tratamiento
El VIH secuestra tus células CD4 (o células T) y las utiliza para replicarse (hacer copias). Las células CD4 son como los mariscales de tu sistema inmunológico, ¡así que no es bueno que tu mariscal empiece a jugar para el otro equipo! Cuanto más virus tienes en la sangre, más células CD4 son secuestradas, lo que dificulta aún más la defensa contra el VIH y otras infecciones.
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Los medicamentos contra el VIH impiden que el virus secuestre tus células CD4. Son como los jueces de línea perfectos que todo mariscal desearía tener. Los medicamentos antirretrovirales no pueden curar el VIH, pero mientras protejan a la mayoría de tus células CD4, mantendrán tu sistema inmunológico fuerte y sano, suprimirán el virus, te ayudarán a vivir una vida larga y sana, e incluso protegerán a tu pareja.
Las pruebas sobre el recuento de CD4 y la carga viral indican a los médicos lo sano que estás. Quieres un recuento de CD4 alto y una carga viral baja. Los medicamentos y un estilo de vida sano son la única forma de conseguirlo.
Hacer la transición al tratamiento
Tu recuento de CD4 y tu carga viral indicarán a tu médico cuánto ha progresado tu infección por VIH. Tu médico también puede comprobar si hay signos de una infección avanzada por VIH (SIDA).
Cuanto más grave sea tu infección, más pronto deberás iniciar el tratamiento, porque es posible que necesites medicamentos adicionales para protegerte de las infecciones oportunistas. Depende de ti y de tu médico elaborar el mejor plan de tratamiento para ti, pero incluso si acabas de infectarte, los expertos saben que es mejor para tu salud a largo plazo empezar el tratamiento enseguida.
Puede que hayas oído decir a alguien seropositivo: «Tengo el VIH, pero el VIH no me tiene a mí». Ese es el beneficio final del tratamiento: Si tú controlas al VIH, el VIH no puede controlarte a ti.