Por: Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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Perder a un ser querido es una de las cosas más difíciles del mundo. Cuando vives con VIH, su muerte puede ser aún más dura si se debe a complicaciones relacionadas con el VIH. No solo es un momento triste, sino que también puede dar miedo.
¿Por qué da tanto miedo? Puede hacer que empieces a pensar en tu salud, porque tú también tienes VIH. Hay algo en la muerte que nos hace muy conscientes de nuestra propia mortalidad. A algunas personas les da la libertad de tomar por fin las riendas de nuestras vidas, pero otras se sienten ansiosas por ser seropositivas. Incluso si pensaban que se sentían bien gracias a las medicinas, los recursos y los conocimientos disponibles, puede causarles cierta ansiedad cuando ocurre algo estresante.
Es totalmente normal que el duelo te haga sentir un montón de emociones diferentes, vivas o no con el VIH. Sientes algo horrible mientras estás pasando por ello, pero es una parte normal del proceso de duelo. Algunas de las grandes emociones que sentirás mientras lloras la pérdida de un amigo por complicaciones relacionadas con el VIH son:
- Ira: Nunca parece justo perder a una persona que nos importa. Siempre parece que la hemos perdido demasiado pronto. Si experimentas ira durante el duelo, puedes dirigirla contra los médicos, contra otras personas que te importan o contra ti mismo. Algunas personas se enfadan con la persona que murió por haberles abandonado.
- Miedo: Muchas personas se asustan cuando descubren por primera vez que son seropositivas. Si has dejado atrás ese miedo, podría volver si pierdes a alguien por complicaciones relacionadas con el VIH. Tener miedo a lo desconocido también es muy común.
- Culpabilidad: Podrías sentirte culpable de que tú sigas aquí y tu amigo no o de que a ti te vaya muy bien y él o ella se haya ido.
- Tristeza: La mayoría de las personas sienten tristeza en algún momento del duelo y puede ser abrumadora.
También hay bastantes síntomas físicos del duelo. Algunos de ellos son episodios de llanto que parecen surgir de la nada, problemas para dormir, comer demasiado o no comer lo suficiente y falta de productividad y concentración.
Permítete sentir
Cuando fallezca un ser querido, experimentarás muchas emociones diferentes. Es totalmente normal, así que intenta no juzgarte ni sentirte mal por ello. Mantener tus emociones reprimidas solo te estresará. Recuerda, cuando vives con VIH, ¡el estrés puede alterar tu recuento de células T!
No vamos a sentirnos bien todo el tiempo, y eso está bien. Lleva tiempo superar el duelo. Tenemos que aceptar que no hay nada que podamos hacer para cambiar lo que ha ocurrido y seguir adelante aunque estemos de duelo.
Busca apoyo
Hablaremos más de ello a continuación, pero tu médico puede ser un gran recurso para ti. Encontrar un consejero puede ayudarte en el proceso de duelo. También hay personas especializadas en muertes relacionadas con el VIH con las que puedes hablar.
No olvides que tus amigos y familiares también están ahí para ti. Hablar con ellos sobre cómo te sientes puede ayudarte. Si se ofrecen a ayudarte con algo o a hablar, está bien que aceptes su oferta. ¡Se preocupan por ti!
Cuídate
Comprométete de nuevo con el autocuidado: Practicar el autocuidado cuando estás de duelo es más importante que nunca. No pudiste salvar a tu amigo (así no funcionan las cosas), pero puedes controlar tu bienestar personal. Tómate un tiempo para pensar y ordenar cómo te sientes. Habla con un consejero si las cosas se vuelven abrumadoras. Y lo que es más importante, recuerda que no estás solo.
Comer es complicado: Puede ser difícil encontrar el equilibrio entre comer demasiado y no comer lo suficiente cuando estás estresado. En esos primeros días y semanas, cuando el dolor aún está fresco, busca algo fácil de comer que sea rico en nutrientes. Si vives con VIH, dile a tu médico o al gestor de tu caso que estás de duelo, para que puedan controlar tu salud física.
Agua: Tu cuerpo necesita agua para funcionar. Es muy fácil deshidratarse si has llorado mucho y eso no es bueno para ti. Pregunta a tus amigos y familiares si pueden recordarte que bebas agua, pon notas adhesivas por la casa o activa alarmas en tu teléfono para que te acuerdes. Sea como sea, bebe agua.
Médico: Ya hemos hablado antes en este artículo de ir al médico, pero no está de más recordarlo. Habla con él sobre tu salud y tu futuro y asegúrate de revisar tu plan de tratamiento. Hazle todas las preguntas que tengas. Puede disipar muchos de tus temores.
Muévete/Haz algo: Si te sientes con fuerzas, levántate y muévete. Nunca hay una solución rápida cuando se trata del duelo, pero a veces encontrar algo que hacer ayuda a que las cosas resulten menos dolorosas durante un rato. Intenta dar un paseo, leer tu libro favorito o incluso hacer algo para honrar la memoria de tu amigo. Puede que te ayude.
Conclusión
Muchas personas sufren depresión y estrés tras descubrir que son seropositivas. Si eres una de esas personas, el duelo puede hacer que tu depresión y tu estrés empeoren. El duelo puede taparlo todo durante un tiempo, pero siguen ahí. A veces parece más fácil evitar dejarse sentir porque la pena es agotadora, pero abrazar tus sentimientos te ayudará a curarte más rápidamente. Tú te conoces mejor que nadie y sabrás cuándo estás preparado para empezar a superar tu pérdida.