Por Jennifer McMillen Smith, MSSA, LISW-S, División de Enfermedades Infecciosas, y revisado medicamente por Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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Como padres, todos hemos estado ahí, intentando averiguar cómo hablar a nuestros hijos de las grandes cosas de la vida. Ya sabes: las semillitas en la barriga 🌺, qué significa eso y todo lo demás. Sinceramente, gran parte de la misma lógica que utilizamos en torno a esos temas se aplica a cómo hablar del VIH, especialmente cuándo (e incluso si) debemos decirles a nuestros hijos que tenemos VIH.
Veamos por qué es tan difícil y profundicemos un poco más para ayudarte a tomar la decisión más adecuada para ti. 💖
¿Por qué no hay una respuesta clara?
Pues, cada chico es diferente y cada padre también. Por eso, lo que funciona para una familia puede no funcionar para otra. No existe un modelo universal, ni una guía infalible; todos estamos tanteando nuestro camino en la crianza. 👱🏾👶🏾 👧🏾👨🏿
Al igual que cuando se habla de sexo en general, se discute un poco sobre el momento y la cantidad adecuada de información cuando se trata de hablar del VIH.
Algunas preguntas habituales que pueden surgir son:
- ¿Cuál es la edad adecuada para decírselo a mi hijo?
- ¿Cómo debo sacar el tema?
- ¿Afectará nuestra relación?
- ¿Debería decírselo a todos mis hijos a la vez?
- ¿Afectará su vida social si otros se enteran?
- ¿Necesitarán apoyo?
Quizá pienses que es mejor decírselo cuando son pequeños, para que luego no sea un shock. Por otra parte, como la medicina está tan avanzada y puedes llevar una vida sana, puede que no haya motivo para que lo sepan nunca. Los padres toman suplementos 💊 u otros medicamentos todo el tiempo y es perfectamente posible acudir a las evaluaciones mientras tus hijos están en el colegio.
Estamos aquí para decirte que ambas partes tienen razón y que solo tienes que hacer lo que sea mejor para ti y para tus pequeños. Profundicemos un poco más. ⬇️
¿Por qué querrías hablar de tu estado serológico?
Muchos padres dicen sentirse aliviados tras revelar su estado serológico. No es fácil guardar secretos, sobre todo a los que queremos, y el VIH es uno de los grandes. ❤️
También hemos oído muchos casos en los que el niño ya sabía que algo iba mal. Quizá papá o mamá necesitaba ir al hospital, pero no podía decir por qué. Eso es confuso y crea ansiedad. Podrías poner los puntos sobre las íes contándoselo y ayudándole a llegar a las conclusiones correctas, en lugar de que quizá se invente una historia peor en su cabeza. Incluso podrías unir más a tu familia si todo va bien. 🫂 Hace falta confianza para hablar del VIH, ¿y en quién deberíamos confiar si no es en la familia?
¿Por qué no querrías hacerlo?
Hay un par de razones importantes por las que quizá no quieras decírselo a tu hijo todavía. Ojos que no ven, corazón que no siente y a veces no necesitamos tener todas las respuestas a la vez. Por ejemplo:
- Guardar el secreto 🤫: Aunque te parezca bien que tu hijo lo sepa, los niños son famosos por guardar secretos. Si tu hijo habla de tu estado serológico en el colegio, otros niños (o adultos) pueden tratarle de forma diferente. Establece en consecuencia tus expectativas sobre cuándo y dónde está bien hablar del VIH.
- Tu relación puede cambiar: Aunque a menudo es solo temporal, podrías observar un cambio en la forma de actuar de tu hijo a tu alrededor. Algunos niños se vuelven pegajosos, otros lloran 😢y otros se sienten heridos si no son los primeros en enterarse, lo que puede ser especialmente difícil en una familia con varios hijos de distintas edades.
- Puede que no estén preparados: Dependiendo de su edad, los niños pueden tener mucho estrés en sus vidas. La adolescencia, la presión de los compañeros, las notas y la elección de hacer lo correcto son cosas muy importantes para los chicos. ¿Es el momento adecuado para que se enteren de que eres seropositivo o debería revelarse más tarde? 🤔 ¡Tú eres quien mejor conoce a tu hijo (o hijos)!
Recuerda que aunque no quieras contárselo todo a tu hijo, puedes contarle un poco. Algunos padres optan por informar simplemente a sus hijos de que tienen una infección en la sangre y dejar que les acompañen a la clínica. Quizá eso sea todo lo que necesiten saber. Depende totalmente de ti decidir cómo hablar del VIH.
La preparación necesaria
Antes de hablar con nuestros hijos, debemos evaluar si están preparados para la información que van a oír. La revelación del VIH no es algo que se pueda hacer de una sola vez; es un tema complicado que conviene tratar con tus hijos gradualmente.
Tus hijos pueden sentir diversos temores, como si mamá o papá pueden estar en peligro o si ellos mismos pueden «contagiarse». Quizá les preocupe ser diferentes a los demás en el colegio y se sientan aislados por ello. Debes estar preparado para aliviar estos temores y explicarles cómo cambiará su vida, si es que cambia.
Cada niño es diferente y el tuyo puede expresar sus emociones de formas diversas o sorprendentes, como tristeza, enfado, negación o incluso indiferencia total. Muchos padres dan a sus hijos un poco de información y esperan una avalancha de preguntas. Mientras que algunos niños preguntan mucho, otros solo quieren saber si ellos también lo tienen. No pasa nada si no hacen muchas preguntas y aún puedes contarles más cosas a su (y en tu) propio tiempo. 🥰
Nuestros hijos también nos buscan para saber cómo deben sentirse ante algo. Si estás ansioso, puede que ellos respondan así. Mantén la calma, tranquilízales y ten paciencia. A menudo los niños reaccionarán de la misma manera y se sentirán mejor después.
Obtén aquí consejos sobre qué decir según la edad de tu hijo y los temas básicos a tratar.
Cómo hablar del VIH: El camino a seguir
Si decides contárselo a tu hijo, puede que te preocupe qué hacer a continuación. A algunos niños les gusta formar parte de tu rutina de atención médica ❤️🩹: puede ayudarles a sentirse incluidos y a entenderla. A otros les vendría bien tener un familiar, amigo, compañero u otra persona de apoyo con quien hablar y que les ayude a darle sentido a todo.
También podrías proporcionarles recursos de confianza que les ayuden a aliviar sus dudas, como algunos blogs de Positive Peers apropiados para su edad. A menudo, los niños tienen miedo de hacer preguntas que consideran estúpidas o potencialmente insultantes, como si el VIH puede provocar la caída del cabello o si pueden utilizar el mismo retrete que tú. Proporcionarles recursos para que los lean a su ritmo puede quitarte parte de la carga.
Por encima de todo, debes saber que no estás solo 🤗. Todos los padres pasan por experiencias estresantes como esta, con o sin VIH.