Por Jennifer McMillen Smith, MSSA, LISW-S, División de Enfermedades Infecciosas, y revisado medicamente por Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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Cuando se trata del VIH, hay muchos conceptos erróneos. Las personas seropositivas a veces sufren discriminación y confusión por parte de sus amigos y familiares. La Kaiser Family Foundation publicó un estudio en 2012 según el cual un tercio de los estadounidenses creen una o más cosas falsas sobre la transmisión del VIH.
Hay muchas creencias falsas sobre cómo se transmite el VIH y esto crea mucho estigma para las personas seropositivas. La homofobia va de la mano del estigma en torno al VIH. Es un problema enorme porque puede hacer que la gente tenga demasiado miedo o vergüenza de hacerse las pruebas o buscar servicios de prevención.
A veces esa discriminación y confusión sobre el VIH se convierte en odio. Entonces, ¿en qué momento la discriminación se convierte en un delito de odio?
Bueno, primero deberíamos definir qué es exactamente un delito de odio. Básicamente, es cualquier delito que alguien comete por prejuicios contra un grupo de personas. Hay muchas razones por las que alguien cometerá un delito de odio contra otra persona, como su sexualidad, su condición de seropositivo, su raza, su religión o su discapacidad.
Algo parecido a un delito de odio es un incidente de odio. Los incidentes de odio no son necesariamente delitos, pero siguen estando motivados por prejuicios hacia un grupo de personas. Pueden consistir en cualquier acto de prejuicio, incluyendo lo que dicen, cómo se expresan o lo que hacen.
En 41 estados y en el Distrito de Columbia se han aprobado leyes de endurecimiento de las penas por delitos de odio.
Delitos de odio y enfermedades mentales
Muchas veces, puede ser muy duro decirle a alguien que vives con VIH. Muchas personas se enfrentan al estigma o son rechazadas por su familia, amigos, compañeros e incluso por su comunidad en general, lo que hace aún más difícil un diagnóstico reciente. Muchas personas también sufren discriminación cuando van al médico o a la escuela. Si eres una persona de color, una persona LGBTQ, discapacitada o practicas una religión diferente, el acoso y los insultos a los que potencialmente podrías enfrentarte pueden ser aún peores.
Pasar por un delito de odio a menudo hace que vivir con el VIH sea una experiencia aterradora, especialmente si el delito de odio se cometió porque vives con VIH. Te hace sentir asustado, solo y con miedo a ser quién eres, algo de lo que no deberías tener que preocuparte.
Todos los delitos violentos pueden ser perjudiciales para la persona que los ha sufrido. Sin embargo, las víctimas de delitos de odio suelen sufrir más angustia psicológica que las víctimas de otros delitos violentos. Padecer una enfermedad mental y pasar por un delito de odio suele empeorar tu salud mental. Significa que tienes más probabilidades de sufrir
- Depresión
- Ansiedad
- Estrés postraumático
- Ira
- Preocupación por la seguridad
Toma medidas para obtener ayuda
Lo más importante es buscar ayuda médica si la necesitas. Tu salud y tu bienestar son importantes. Intenta anotar todo lo que recuerdes sobre lo ocurrido. Puede ayudarte en el futuro. Asegúrate de que conoces tus derechos legales y presenta una denuncia policial si te sientes lo bastante seguro y cómodo para hacerlo. Informa a la comunidad LGBT local de lo que te ha ocurrido. Por último, asegúrate de que tienes apoyo. Habla con tus amigos y familiares y busca un terapeuta afirmativo LGBTQ que te ayude a superarlo.
Autocuidado tras un trauma emocional y psicológico
Hay muchas formas de cuidarte después de vivir un delito motivado por el odio. Rodearte de personas que te apoyen y abrirte a ellas facilitará la sanación. Encontrar un grupo de apoyo para traumas también puede ayudar mucho. También es útil algo llamado aislamiento consciente. Significa intentar evitar situaciones que te desencadenen o te creen una respuesta de lucha o huida. Si tienes un exceso de energía, da paseos, haz ejercicio o encuentra otra forma de deshacerte de forma segura de la ira que sientas.
Y lo que es más importante, cuídate. Asegúrate de que comes alimentos nutritivos y no en exceso ni en defecto. Asegúrate de evitar cosas tóxicas como el alcohol y los cigarrillos. Intenta dormir lo suficiente cada noche y acuéstate a una hora razonable. ¡Y no olvides respirar hondo cuando lo necesites!
Recuerda lo bueno que hay en el mundo
Si alguien comete un delito de odio contra ti, no significa que haya algo malo en ti. Son ellos los que están llenos de odio e intolerancia. Tú no has hecho nada para provocarlo.
Siempre que alguien comete un delito de odio, está atacando la tolerancia, la aceptación y toda la bondad que el mundo puede ofrecer. No podemos permitir y no permitiremos que la gente odiosa gane.
Rodéate de gente que te quiera y te haga sentir segura. Te recordará lo bueno que hay en el mundo y por qué luchamos contra la intolerancia. Aunque las cosas se pongan feas a veces, hay mucho bien en el mundo. ¡Tú eres una parte de ese bien!