Por Jennifer McMillen Smith, MSSA, LISW-S, División de Enfermedades Infecciosas, y revisado medicamente por Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
Ver todos los blogs en español >
Aproximadamente dos tercios de todas las personas experimentarán una experiencia adversa en la infancia (EAI), según la Red Nacional de Estrés Traumático Infantil, pero ¿qué significa esto?
Una experiencia adversa en la infancia es cualquier trauma, abuso o negligencia que sufra una persona menor de 18 años. Las personas que han tenido al menos cuatro EAI tienen más probabilidades de desarrollar un problema de abuso de sustancias. También tienen más probabilidades de sufrir depresión y, potencialmente, de suicidarse. No son garantías, pero es importante comprender que las experiencias adversas en la infancia pueden tener un impacto duradero en tu bienestar y en tu vida.
El estudio EAI
Se ha investigado mucho sobre las experiencias adversas en la infancia y se ha descubierto que cuantas más experimentes, mayor será tu riesgo de sufrir efectos negativos a largo plazo.
El estudio CDC-Kaiser sobre experiencias adversas en la infancia o Estudio EAI fue el primer gran estudio que analizó el impacto de los traumas infantiles en los adultos.
En el estudio se entrevistó a más de 17.000 personas, que respondieron a preguntas sobre su salud y comportamiento actuales y sobre las experiencias adversas en la infancia por las que habían pasado. El Estudio EAI acabó siendo una mirada innovadora sobre el trauma infantil y sus consecuencias duraderas. El estudio produjo un montón de información útil. Una cosa que hay que tener en cuenta es que los participantes en el estudio de Kaiser eran personas que tenían un seguro médico de Kaiser, por lo que solían ser de clase media y blancos.
He aquí lo más destacado:
- Los traumas infantiles son más frecuentes de lo que la gente cree.
- El 30% de las personas sufren maltratos físicos y el 15%, negligencia.
- Los traumas adversos de la infancia son comunes a todos los grupos de personas, independientemente de su estatus socioeconómico, raza o lugar de residencia.
¿Cuáles son algunos ejemplos de EAI?
En el estudio, las EAI se dividen en tres categorías diferentes: maltrato infantil, negligencia infantil y problemas domésticos.
Maltrato infantil:
- El maltrato físico incluye que un progenitor o padrastro te abofetee, empuje, golpee, agarre o te lance algo.
- El maltrato emocional es cualquier cosa, desde que te insulten, te menosprecien o te amenacen con algo.
- Abuso sexual es que un adulto al menos cinco años mayor que tú te toque o acaricie sexualmente, te obligue a tocarle sexualmente o te viole. Esto puede incluir a familiares, amigos de la familia, otros adultos que conozcas y desconocidos.
Negligencia infantil:
- Negligencia física: Significa que los padres no satisfacen las necesidades básicas, como comida, alojamiento y ropa, ni proporcionan un entorno seguro, y echan al niño de casa.
- La negligencia emocional consiste en no satisfacer las necesidades emocionales del niño, lo que incluye negarle amor y afecto, estar ausente cuando el niño necesita a sus padres y ser autoritario.
Dificultades en el hogar:
- Enfermedad mental o intento de suicidio en el hogar
- Separación o divorcio de los padres
- Abuso de sustancias en el hogar
- Violencia doméstica
- Familiar encarcelado
- Dificultades económicas, incluida la pobreza
- Muerte de un progenitor o figura parental
- Víctima o testigo de un delito
Las EAI a largo plazo
Desde la salud mental y la salud física hasta los ingresos y la educación, las EAI repercuten en casi todo en la vida de una persona.
Experimentar un trauma de niño aumenta enormemente el comportamiento de riesgo de adulto. Pero ¿qué constituye un comportamiento de riesgo? Algunos ejemplos son tener un inicio sexual más temprano (la primera vez que alguien tiene relaciones sexuales), lo que a veces puede significar relaciones sexuales sin protección que dan lugar a una ITS o al VIH. Otros comportamientos de riesgo incluyen beber más alcohol o consumir otras drogas.
Las personas con 4 EAI o más tienen más probabilidades de padecer una enfermedad crónica que las que nunca sufrieron un trauma infantil. Algunas de estas enfermedades crónicas son enfisema, bronquitis crónica, derrame cerebral, diabetes, cáncer, cardiopatías y obesidad grave.
Los que han pasado por una experiencia adversa en la infancia tienen índices más bajos de rendimiento académico y menos probabilidades de graduarse. Las personas con traumas infantiles tienen muchas más probabilidades de faltar al trabajo. En conjunto, esto puede significar menos ingresos a lo largo de la vida, más pobreza, menos asistencia sanitaria y todo lo demás que conlleva tener menos dinero. ¡Da miedo!
Las EAI no tienen por qué definirte
No te asustes si crees que has sufrido mucho en tu infancia. Es útil conocer las EAI para poder cuidarte.
El estrés forma parte de la vida e incluso puede ayudar a los niños a prepararse para la edad adulta. Sin embargo, la exposición al estrés crónico o tóxico puede cambiar el cerebro de un niño. La buena noticia es que, incluso después de pasar por algo traumático, somos capaces de adaptarnos. Muchas personas que han sufrido EAI son muy resilientes (lo que significa que son resistentes y pueden recuperarse más rápidamente de situaciones difíciles).
Como adultos, tener un entorno de apoyo positivo es clave para ayudarnos a superar el trauma infantil. Nos ayuda a aprender a proporcionar un entorno cariñoso, seguro y de apoyo a nuestros futuros hijos, para que nunca tengan que pasar por lo que pasamos nosotros. Tener una infancia difícil y llena de traumas puede tener un gran impacto en toda la vida de una persona. Como con cualquier otra cosa, no hay garantías. El trauma no tiene por qué desempeñar un papel importante en tu vida de adulto. Las influencias y experiencias positivas pueden marcar una gran diferencia. Habla con un terapeuta puede ayudarte a superar las cosas difíciles y a convertirte en la mejor persona que puedas ser.