Por Jennifer McMillen Smith, MSSA, LISW-S, División de Enfermedades Infecciosas, y revisado medicamente por Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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Si vives con VIH, ya lo sabes todo sobre el estigma y cómo puede impedir que la gente reciba la ayuda que necesita. La gente puede pensar que el VIH es intratable o que es una sentencia de muerte. Nada de esto es cierto, pero ese estigma hace que sea menos probable que la gente se haga las pruebas y reciba tratamiento.
Lo mismo ocurre con las enfermedades mentales. Hay quien piensa que las personas que padecen una enfermedad mental solo tienen que salir de ella o que han hecho algo para provocarla. Existe un gran estigma en torno a ella que dificulta que la gente consiga ayuda.
Y cuando ya vives con el VIH, añadir el estrés de una enfermedad mental como la ansiedad o la depresión no hace ningún bien a tu sistema inmunológico. La parte buena de la gestión de las enfermedades mentales, al igual que de la gestión del VIH, es que hay ayuda disponible si estás preparado para ella.
Si no estás seguro de si la enfermedad mental te estigmatiza, haz este rápido cuestionario.
¿Qué es la enfermedad mental?
¿Cómo definimos la enfermedad mental? Lo importante es saber que es una afección médica, igual que la artritis, la diabetes y el VIH. Lo que ocurre es que la enfermedad mental afecta a la forma de pensar y de sentir de las personas. Hay muchos tipos distintos de enfermedades mentales y a veces pueden afectar mucho a tu vida, tus responsabilidades y tus relaciones.
Imagina que vives la vida cotidiana cargando con una mochila de 30 kilos de tristeza o ansiedad a todas partes y no sabes cómo quitártela: eso es una idea de lo que se siente.
Si padeces una enfermedad mental, es fácil sentirse avergonzado o indigno. A veces la gente puede actuar de forma extraña a tu alrededor y eso solo lo empeora.
Pero es posible sentirse mejor. Eso empieza con tu actitud ante la enfermedad mental. Piensa en ella como en otro problema de salud que puedes tratar con medicación, terapia y apoyo, como la diabetes, la artritis o la hipertensión (o el VIH). La ciencia ha demostrado que las enfermedades mentales pueden deberse a desequilibrios químicos en el cerebro, a la genética o a sufrir un acontecimiento estresante o traumático.
Síntomas de la enfermedad mental
Recuerda que es natural sentir tristeza tras una ruptura o ansiedad si te preocupa perder el trabajo. La enfermedad mental es más bien una versión extrema de estos problemas, o una incapacidad para volver a un lugar feliz, tranquilo o satisfecho incluso después de que pase algún tiempo.
Estos son algunos síntomas comunes de la enfermedad mental:
- Evitar las interacciones sociales y perder el interés por las cosas que antes te gustaba hacer.
- Tener problemas para desenvolverte en la escuela, el trabajo o las actividades sociales.
- Dificultad para concentrarte y pensar con claridad.
- Decir cosas que no tienen sentido.
- Sensibilidad repentina a la luz, el tacto, los sonidos y los olores.
- Sentirte inconexo y desconectado de lo que te rodea, como si estuvieras en un sueño o en una película.
- Pensar cosas irracionales, como tener un superpoder o poder influir en los acontecimientos.
- Temer a otras personas o sospechar mucho de ellas.
- Experimentar cambios importantes en el sueño, el apetito o el cuidado personal.
- Experimentar cambios de humor repentinos o drásticos. (Fuente: org)
Esta lista es solo una pequeña muestra del tipo de cosas que experimentan las personas con enfermedad mental. Por ejemplo, la adicción (a las drogas, al sexo, al juego, etc.) también es una enfermedad mental. (La buena noticia es que también hay ayuda disponible para esos problemas).
Es muy frecuente que las personas seropositivas sufran depresión. Tan común, de hecho, que al menos una vez al año, cuando visites a tu médico del VIH en MetroHealth, te harán 2 preguntas de detección sobre la depresión. Si respondes afirmativamente a una de ellas, te harán una evaluación llamada PHQ9. Básicamente son 9 preguntas que predicen si tienes depresión y dan pistas sobre su gravedad (o no) y sobre cómo debe abordarla tu médico. Tu trabajo consiste simplemente en ser sincero y rellenarlo lo mejor que puedas.
Cómo obtener ayuda en caso de enfermedad mental
Si tienes ganas de hacerte daño a ti mismo o a otra persona, acude al servicio de emergencias del hospital más cercano y busca tratamiento inmediatamente. Puede haber medicamentos y consejeros que puedan calmarte y reducir los pensamientos destructivos.
Si crees que puedes estar luchando contra una enfermedad mental, aquí tienes algunos consejos:
- Habla con tu trabajador social o médico si crees que tienes algunos de los síntomas que hemos mencionado antes.
- Pide que te remitan a un consejero o a un psiquiatra. Los consejeros pueden enseñarte formas de reorganizar tu pensamiento para hacer frente a los pensamientos perjudiciales. Los psiquiatras pueden darte un diagnóstico preciso y recetarte medicamentos que te ayuden.
- Busca un grupo de apoyo. Tu asesor en VIH puede ayudarte a ponerte en contacto con un grupo de apoyo con personas que compartan tus retos. Puede ayudarte encontrar un grupo de personas con tus síntomas o diagnóstico específicos.
- Consulta otros recursos:
Los medicamentos que ayudan a tratar los síntomas de la enfermedad mental pueden tener efectos secundarios: asegúrate de hablarlo con tu médico. Si los efectos secundarios son demasiado desagradables para ti, tu médico puede encontrar sustitutos. Algunos efectos secundarios desaparecen cuando los medicamentos llevan un tiempo en tu organismo; todo depende de cómo reaccione tu cuerpo. Es importante saber que los medicamentos para cosas como la depresión tardan un tiempo en dar resultados. Tendrás que tomar el medicamento durante 4-6 semanas antes de que puedas saber si está haciendo alguna diferencia. Cada persona es diferente, por lo que a veces los médicos tienen que adoptar un enfoque de ensayo y error a la hora de elegir los medicamentos. Dale tiempo antes de pedir otra cosa.
Sabemos que no siempre es fácil, pero sigue intentándolo
La vida con una enfermedad mental puede ser una lucha. A veces, te parecerá que toda tu vida consiste en poner un pie delante del otro y aguantar hasta mañana.
Pero si sigues con tus tratamientos, puedes encontrar formas de superar los sentimientos oscuros y aprender a experimentar más alegría, entusiasmo y logros en tu vida sin que la sombra oscura te persiga. Por otra parte, mejorar tu estado de ánimo también puede ayudar a que tus medicamentos contra el VIH hagan su trabajo con mayor eficacia.
Así que no te rindas, por muy difíciles que se pongan las cosas. Superar las noches oscuras te ayudará a apreciar aún más los días soleados cuando lleguen.