Por: Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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El estrés es un asco. Todos sabemos que el estrés puede afectar a nuestro bienestar emocional y mental, pero ¿hasta qué punto repercute en nuestra salud física? La respuesta es sencilla: Afecta mucho a nuestro cuerpo.
Entre otras cosas, el estrés interfiere en la capacidad de tu cuerpo para crear células T, que son las principales luchadoras contra las infecciones de tu sistema inmunológico. El número de células T (también llamadas células CD4) que tienes puede indicarte a ti y a tu médico lo sano que está tu sistema inmunológico.
El VIH básicamente destruye las células T, por lo que un recuento bajo de células T facilita que el VIH destruya tu sistema inmunológico.
Entonces, ¿debería preocuparte que el estrés pueda afectar a tus células T?
Antes, cuando no había medicamentos para tratar el VIH, esta era una gran pregunta, porque eliminar el estrés fortalecía el sistema inmunológico, lo que podía retrasar la progresión del VIH a SIDA y añadir meses o años a la vida de las personas.
Pero ahora que disponemos de potentes medicamentos antirretrovirales (ARV) que reducen tu carga viral a niveles indetectables y ayudan a tu recuento de células T a volver a un rango normal y saludable.
Traducción: Tomar tus medicamentos antirretrovirales según las instrucciones hace que tu sistema inmunológico vuelva a estar sano. Y un sistema inmunológico sano incluye, por definición, un recuento de células T sano. Tus medicamentos antirretrovirales protegen tan bien tu recuento de células T que los científicos ya no consideran el estrés de la misma manera.
Pero el estrés sigue siendo un gran problema con el VIH
Puede que el estrés no sea tan importante como antes en lo que respecta a la salud inmunológica de una persona seropositiva. Pero el estrés sigue siendo un asco e influye en el organismo de otras formas negativas. Y fíjate en esto: el estrés es una de las principales razones por las que a veces las personas dejan de tomar su medicamento para el VIH.
El estrés puede estar en todas partes en la vida. La gente se preocupa por su salud, su familia, sus amigos, su trabajo, su futuro, etc. Y si vives con VIH, también tienes que enfrentarte al aislamiento social, la depresión y el estigma.
Eso no se arregla decidiendo: «Hoy me voy a animar y todo se arreglará solo», ¡aunque aplaudimos la actitud positiva y el optimismo!
El estrés te cansa y debilita tu voluntad para enfrentarte a casi todo. Y hacer frente a tus factores estresantes no siempre es fácil.
Consejos rápidos para afrontar el estrés relacionado con el VIH
El estrés se produce cuando tu cuerpo entra en modo de lucha o huida porque algo de tu entorno parece estar fuera de tu control. La falta de control conduce al miedo, la preocupación y la ansiedad, que son las bases del estrés.
No siempre puedes controlarlo todo, pero puedes hacer cosas que reduzcan la reacción de lucha o huida:
- Haz algo de ejercicio. Sal a pasear o a correr, intenta levantar pesas... cualquier cosa que te saque de tu ciclo de preocupación. Prueba a hacer yoga o artes marciales.
- Recibe un masaje. Que alguien te masajee los músculos tensos está demostrado que alivia el estrés.
- Pasa más tiempo con gente. La soledad contribuye enormemente al estrés. Salir con amigos y familiares es un gran aliviador del estrés (siempre que no hagan cosas que te estresen).
- Afronta tu depresión. Sentirte triste solo hace que tu estrés sea más, pues, estresante. Acudir a terapia o a un grupo de apoyo para el VIH puede ser un gran alivio del estrés.
El estrés es como cargar con un saco de piedras de 18 kilos, pero el peso recae sobre tu alma y no sobre tus hombros. Vale la pena dedicar algo de tiempo a averiguar cómo quitarte ese peso de encima.
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