Por Jennifer McMillen Smith, MSSA, LISW-S, División de Enfermedades Infecciosas, y revisado medicamente por Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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Relájate. Eso es todo lo que debes hacer, ¿verdad?
Ojalá.
Tanto si vives con el VIH como si no, es crucial tener «tiempo para ti« para hacer lo que te haga feliz. Practicar el autocuidado significa dedicarte ese tiempo y asegurarte de que lo disfrutas.
Lo sabemos, tienes responsabilidades. La gente cuenta contigo.
Bueno, no puedes ayudarles si estás tan agotado que no puedes ayudarte a ti mismo.
Así que pongámonos manos a la obra con estos siete consejos para el autocuidado del VIH:
1. Aprende a meditar.
Si tienes el cerebro como un tornado porque tienes 17 cosas que hacer ayer y tu pareja te ha dejado plantado y el nuevo jefe no te entiende y, joder, te has olvidado de pagar la factura de la luz...
La meditación amansa el tornado. Puedes empezar por sentarte en un lugar tranquilo donde estés cómodo y centrarte en tu respiración. Cuando piensas en tu respiración (el sonido de tus pulmones, el aire que entra y sale de ellos) dejas de pensar en todo lo demás.
Se supone que la meditación no resuelve tus problemas. Simplemente reinicia tu cerebro para que puedas relajarte y pensar con claridad en lo que debes hacer a continuación.
2. Duerme mucho.
Así es: duerme ocho horas al día. Las necesitas todas. Tu cuerpo se cura cuando duermes y recarga las pilas. Si no duermes lo suficiente, tu cuerpo nunca tendrá suficiente tiempo de recarga.
3. Reduce las redes sociales.
Adivina qué: las plataformas de las redes sociales están diseñadas para crear adicción; son como las drogas fuertes, pero con selfis y videos de gatos.
¿Y para qué vuelves a ellas? ¿Para discutir sobre Real Housewives of Atlanta o para enfadarte porque tu mejor amiga no para de presumir de sus hijos y auto nuevo?
No puedes evitar comparar tu vida con la de los demás y pensar que ellos se divierten sin parar y tú te quedas con la escoria.
Inténtalo, reduce todo eso si puedes, a menos que el tiempo en las redes sociales te haga realmente feliz y te ayude a olvidar tus preocupaciones. Entonces no pasa nada. Pero recuerda que es una droga difícil de dejar.
4. Haz ejercicio.
Los científicos han demostrado que el ejercicio libera el jugo de la felicidad en tu torrente sanguíneo. Vale, no lo llaman jugo de la felicidad. Pero el ejercicio tiene una extraña forma de hacerte sentir mejor.
No tiene por qué ser duro. Solo tiene que ser regular. Al menos 30 minutos al día e incluso más si trabajas sentado.
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5. Prepárate una comida sana.
Vale, esto lo decimos mucho en Positive Peers. Tu cuerpo necesita buena comida (frutas, verduras y carnes magras, si eso te gusta) para ayudar a tus medicamentos a hacer sus tareas. Y a veces es difícil encontrar comida verdaderamente sana en un restaurante. No sabes dónde han estado esas cosas.
Pero si preparas tu propia comida y la cocinas tú mismo, sabes lo que te entra en tu cuerpo. También puedes enseñarte a hacer comida que te guste y puedes condimentarla como quieras. Los restaurantes diseñan comidas para las masas. Eres un individuo: te mereces algo mejor.
¿No sabes cocinar? Ve a YouTube y busca algunas recetas y tutoriales. Empieza con algo sencillo y no te salgas de tu presupuesto.
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6. Haz algo que te haga sentir bien cada día.
No tiene por qué ser lo mismo todos los días. Solo tiene que proporcionarte alegría. Piensa: una fiesta de baile de Beyoncé en tu habitación (vale, puedes hacer eso todos los días. Un par de veces, en realidad). Ponte a ver comedias en Netflix. Quédate en casa el viernes por la noche con un buen libro.
7. Toma tus medicinas, ve a tu grupo de apoyo, visita a tu médico.
Vale, sabemos que decimos esto muchas veces. No nos disculpamos por fastidiar. Pero, en serio, hacer estas cosas es una parte importante del autocuidado cuando vives con VIH. No se trata solo de sobrevivir, también son importantes para prosperar. Cuando te sientes sano, tienes una red de apoyo significativa y un médico que se interesa por ti, tienes una base sólida sobre la que construir una vida larga, sana y feliz.
Qué no es el autocuidado
El autocuidado no es egoísmo.
No consiste en desentenderse de responsabilidades como el trabajo, la escuela y la familia.
El autocuidado no significa dejar de lado a tus amigos. Y no consiste en darte un capricho de comida chatarra o irte de compras sin poder permitírtelo.
No es una excusa para posponer algo que no te apetece hacer, aunque sepas que tienes que hacerlo.
Todas estas ideas son erróneas.
El autocuidado consiste en invertir en ti. Está pensado para servir a tu futuro yo... para asegurarte un yo mejor, más sabio y con más experiencia que la persona que eres hoy.