Por: Ann Avery, médica de enfermedades infecciosas de Metrohealth Medical Center.
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En el pasado, muchas personas que vivían con el VIH solían perder el apetito porque la infección se los arruinaba. Ahora, algunos medicamentos modernos contra el VIH pueden tener un efecto similar. En algunas personas, ciertos medicamentos para el VIH pueden quitar el apetito, hacer que la comida sepa mal o dificultar la absorción de nutrientes por el organismo.
No nos malinterpretes: es natural perder el apetito de vez en cuando. Y tu peso casi siempre subirá y bajará unos kilos.
Pero ¿qué ocurre si no tienes hambre durante días o semanas seguidas o si pierdes peso sin proponértelo? Este tipo de cosas pueden significar que sería mejor hablar con tu médico.
Espera un momento: ¿Perder peso no es bueno?
...No siempre. Un signo seguro de una grave pérdida de apetito es adelgazar sin intentarlo. Puede parecer una gran noticia si has estado luchando contra la batalla de la barriga abultada, pero confía en la voz de la experiencia: perder peso cuando no lo estás intentando es como una alarma de incendios que te avisa de que tu cuerpo está fuera de control.
Un repaso rápido a cómo funciona tu cuerpo: comer alimentos proporciona combustible para que el cuerpo lo descomponga y lo utilice como energía. La comida proporciona al cuerpo la energía que necesita para hacer todo, desde mantener tu corazón latiendo hasta la energía para levantar pesas o subir escaleras. Así que, aunque dejes de comer alimentos, tu cuerpo sigue necesitando combustible para funcionar correctamente.
Cuando el cuerpo se queda sin comida como combustible, empieza a quemar grasa y músculo. Esto puede hacer que te sientas cansado o irritable. Si dejas de comer el tiempo suficiente, tus órganos principales empiezan a descomponerse (eso se llama inanición y puede provocar algunos daños irreversibles).
Quemar músculo es una mala noticia porque es difícil recuperarlo después de perderlo. Perder músculo también puede hacerte más propenso a sufrir otras lesiones, ya que tu cuerpo no tiene todo ese apoyo muscular para fortalecerse y protegerse.
Cómo aumentar el apetito
Si los efectos secundarios del VIH o de tus medicamentos te están quitando el apetito, hay algunas cosas que puedes hacer:
- Sal a caminar antes de las comidas. Hacer que la sangre bombee puede aumentar tu apetito; incluso un poco de ejercicio puede ser útil.
- Come pequeñas comidas cada 2-3 horas.
- Bebe calorías: la leche, el zumo de naranja y otras bebidas nutritivas pueden aportar combustible a tu organismo.
- Evita fumar: mata el apetito.
Cuando vives con el VIH, tu sistema inmunológico necesita toda la ayuda posible. Lo sabemos, lo sabemos... los médicos pueden parecer un disco rayado recordándote que comas alimentos nutritivos y hagas mucho ejercicio. Pero eso es porque es importante: tu cuerpo necesita el combustible adecuado en la cantidad adecuada para ayudar a que tus medicamentos contra el VIH hagan su trabajo. Cuidarte bien te ayuda a mantenerte fuerte, sano y con energía.